¡Ancianos respetables como los cielos, tengan una vida pacífica!

El feriado nacional es un día feliz en el que se reúnen todos los miembros de la familia, pero para algunos ancianos este día los hace sentir más solitarios y extrañar mucho a su familia. Por esta razón, los miembros de la Fundación Internacional WeLoveU están más ocupados antes de los feriados nacionales, considerando a su prójimo desafortunado.

Este es el 12.º Evento para Compartir Amor Saludando el Feriado Nacional. El 31 de enero, a pocos días del Día de Año Nuevo Lunar, los miembros de la Fundación Internacional WeLoveU visitaron Beobwon-eup, una hermosa región rural de la ciudad de Paju, provincia de Gyeonggi, donde se cultivan productos orgánicos. Esta región está estrechamente relacionada con la fundación; a través del último Concierto Nueva Vida que ayudó a los niños que sufren de enfermedades cardíacas y enfermedades raras, además de trabajadores extranjeros heridos, la fundación donó fondos para los gastos médicos de los niños desafortunados que viven en esta región. Esta vez, los miembros de la fundación llevaron a cabo una fiesta de consuelo para cien ancianos que viven solos o permanecen en instituciones, en la sala de conferencias multipropósitos del segundo piso de la oficina de Beobwon-eup.

Al mediodía, se presentaron sobre la mesa los platos tradicionales de Corea: sopa de carne picada con varios condimentos, plato mixto de verduras y filete de carne, bulgogi (carne asada), bebidas dulces preparadas con arroz fermentado, pastel de arroz y frutas. Cuando la mayoría de los invitados tomaron asiento, la Presidenta Zahng Gil-jah ofreció un discurso inaugural, y se dio inició al evento.

“Sé que han ahorrado todo para criar a sus hijos, para que pudieran ser grandes ciudadanos. Son el tesoro de nuestra sociedad. Hemos preparado platos con todo nuestro corazón para consolarlos, por eso por favor sírvanse y tengan una vida larga y saludable.”

La Presidenta Zahng Gil-jah homenajeó su dedicación por sus hijos y el país, y les expresó su gratitud leyendo un poema, deseando su comodidad y salud. Kang Seok-jae, el jefe de Beobwon-eup, también deseó que los ancianos tuvieran una vida larga y saludable. Al mismo tiempo, agradeció a la fundación por ayudar a los niños necesitados anteriormente, y por considerar a los ancianos en esta ocasión.

Mientras los ancianos disfrutaban la comida, la Presidenta Zahng Gil-jah y los miembros les sirvieron y compartieron con ellos conversaciones amistosas. Los ancianos disfrutaron el ambiente festivo y agradecieron a los miembros. Hwang Gyeong-nan (78 años), que vivía sola, expresó: “Parece que hoy es mi cumpleaños”. Y enjugó sus lágrimas, diciendo: “Agradezco mucho a estos jóvenes por consolarnos. No puedo contener las lágrimas”. Otro anciano, Kim Jong-hak (78 años), que por lo general pasa solo los feriados nacionales, manifestó su aprecio a los miembros: “Puedo ver cuánto se han esforzado para preparar este evento. Ni siquiera mis hijos me tratan así… Les debo mucho. Muchas gracias a todos”. Los miembros de la fundación respondieron: “No necesitan agradecernos. Solo considérennos como sus hijos”. También los consolaron con masajes.

Después de la comida festiva, se dio inicio a la ceremonia de entrega de regalos. Los regalos eran bufandas y guantes de lana para ayudarlos a pasar un cálido invierno, arroz e ingredientes para preparar sopa de bolas de masa con tortas de arroz para el Día de Año Nuevo. Los miembros de la fundación entregaron los regalos y la comida por separado también a los ancianos que no pudieron asistir al evento por problemas de salud. Los miembros sentían calidez al ver a los ancianos sonreír alegremente, poniéndose las bufandas nuevas.

Lee Geum-ok (37 años), un miembro de Adong-dong, Paju, dijo: “El amor de los padres por sus hijos parece no tener límites. Aunque sus hijos no los visiten, no se quejan y los comprenden. En cambio, aprecian nuestra visita. Estoy conmovida con el corazón de los padres que siempre están dando amor a sus hijos”.

Hoy, los miembros de la fundación aprendieron el amor de los ancianos que son nuestros grandes maestros de la vida. Cuando los ancianos regresaban a sus hogares, sujetaban con firmeza las manos de los miembros y los bendecían, diciendo: “Dios los bendiga, y que tengan prosperidad”. Los miembros los despedían, deseando su salud y felicidad con un solo corazón.